Fue una mujer especial; de esas que dejan huella.
20 años después de su muerte, el legado de Diana de Gales está más vivo que nunca. Su herencia permanece a través de sus hijos, de sus obras y de su estilo.
Y es que Lady Di fue ante todo una mujer única; única pero poliédrica que supo evolucionar las distintas facetas de su personalidad para adaptarse al paso del tiempo y conquistar el corazón del tiempo.
Porque como ella mismo dijo en una entrevista, «no quiero ser reina de Inglaterra, sino reina en el corazón de las personas».
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